¿Ya te encontraste evitando hablar con un extranjero por miedo a sentirte ridículo? ¡Apuesto a que sí!

Seguramente pensaste que no ibas a pronunciar bien, o te quedarías en blanco. Sin dudas te convenciste de que los demás pensarían que no sos lo suficientemente buena/o usando su idioma o peor aún, que no sos demasiado inteligente.

Hablo con muchísimas personas brillantes, grandes líderes, expertos en áreas hiper complejas que me transmiten la misma idea, y me pregunto…. ¿Quién te hizo creer que no sos bueno para los idiomas? 😒 Si bien tengo mis teorías al respecto (metodologías de enseñanza y otras yerbas) estoy segura de que estamos en el mejor momento para cambiar esa percepción de una vez por todas.

¿Y por qué ahora?

Porque aunque no lo creas, el “momento pandemia” nos trajo algo maravilloso. ¿No sabes qué es?

¡Ya te lo cuento!…

Este inesperado escenario nos trajo la posibilidad de pensar diferente, de tratarnos mejor, de darnos cuenta que lo perfecto no existe y eso nos invita a pensar que incorporar definitivamente el inglés ya no tiene que ver únicamente con estar mejor preparado para asumir una posición laboral, tiene que ver con liberar trabas, con aceptarnos, con proyectar una segunda voz , una que se escuche desde más lejos y que nos acerque más a otras personas, a otras culturas.

Ya no importa si pronuncias con un auténtico acento británico, lo que importa es lo que tenes para decir.

Recordá siempre que el idioma es simplemente un punto de conexión con las más enriquecedoras experiencias. Tenés miles de recursos a la mano, podcast, apps, filmes….

¡Vamos empezá hoy!

¡Aprovechá este momento!